El aragonés José Antonio López Bueno, boxeador ya retirado y cuyo palmarés es bastante envidiable, atiende a cuv3 en el bar que regenta. El zaragozano tiene en su haber el campeonato del mundo hispano, varios campeonatos de España, un campeonato latino, otro euroafricano y sin duda el que le encumbra, el campeonato mundial del peso mosca.
Acudimos al ‘Winners’, bar de copas ubicado en la zona noble de Zaragoza y en el que trabaja actualmente. Nos citamos un sábado a las 21:00 y el bar ya está bastante concurrido. Las paredes se encuentran repletas de carteles de antiguos combates, tanto suyos como de otros púgiles. López Bueno se encuentra jugando al billar con sus hijos pero no tarda en acompañar al redactor al almacén para tratar de esquivar los altos decibelios de la música que ameniza la velada a los numerosos clientes.
Pregunta: Normalmente es de niño cuando uno descubre qué deportes le gustan. ¿Usted en qué momento descubre su pasión por el boxeo y cuándo asimila que podía llegar a vivir de ello?
Respuesta: Yo lo descubrí con un desconocimiento porque el boxeo no me llamaba, entré de rebote con los amigos. Algunos de ellos sí que venían de familia boxeadora, pero yo lo hice por no quedarme solo en el parque. ¿Cuándo descubro que me empieza a gustar? Pues a partir de mis primeras derrotas ya en alto nivel. Y todavía sigo esperando el poder vivir de ello porque nosotros luchamos durante una gran temporada, por lo menos para poder competir, y después ya vivir de ello es complicado. Yo pude vivir de ello y vivir bien, pero eso duró poco.
P: Todos hemos escuchado la fuerza que tiene el boxeo para cambiar vidas. A usted, personalmente, ¿cómo le cambió este deporte?
R: A mí me cambió totalmente, porque yo con 15 años ya empezaba a vivir más rápido que los demás, y no precisamente por el buen camino. Especialmente mi entrenador sirvió para canalizarme, él me observó y vio que ese camino no era el bueno para mí. Yo siempre he dicho que tengo que dar las gracias, ya no solo al boxeo, sino al deporte en sí, porque hoy en día ni estoy muerto, ni en la cárcel ni soy yonki. El boxeo dio la oportunidad de poder formar una familia.
P: Tras varios títulos nacionales y continentales llega el 23 de abril de 1999, día en que conquista el título de campeón mundial aquí en su ciudad natal, Zaragoza. ¿Cómo se siente en ese momento un chico humilde del barrio de Torrero?
R: Yo he sido un deportista un poco extraño, las cosas se complicaron muchas veces hasta que pudimos demostrar que podíamos estar en lo más alto. Sentí orgullo más por mi equipo que por mí. En definitiva me sentí campeón del mundo.
P: Consigue defender el título una vez, pero una lesión le impide realizar una segunda defensa. ¿Fue este el momento más frustrante de su carrera?
R: La verdad que sí, porque fue injusta la forma de perderlo, la peor forma de tener una derrota es sin poder subir al ring. En este caso tuve una lesión y el organismo en el que yo estaba tomó la decisión de arrebatarme el título de una forma que no era legal. Pero yo siempre he puesto el mismo ejemplo, para mí eso fue como acudir a un juicio sin abogados, sin saber de leyes y en el que además no te dejan entrar, entonces es muy complicado ganar ese juicio, y eso es lo que me sucedió. Además se puede decir que todo lo que me rodeaba no me trató psicológicamente como tendría que haberme tratado. Después de esto yo empecé a ver el deporte de distinta forma. Todo lo que me rodeaba no tenía mayor interés que el de ganar dinero, no me refiero a mi entrenador y a mi mánager que eran quienes me cuidaban de verdad.
P: ¿Por qué cree que en Zaragoza el boxeo ha tenido tanta relevancia?
R: Zaragoza tuvo la gran oportunidad de que Canal Plus hiciera un contrato en el que apostaba por los boxeadores de aquí, ya no solo en Zaragoza, también a nivel a nacional. Que despuntásemos un poco más los de Zaragoza puede ser porque el promotor era de Madrid pero afincado en Zaragoza y dio la oportunidad a los boxeadores de aquí tuviéramos esa fortuna. Yo siempre he dicho que en mi caso me he sentido más un portavoz que un campeón, porque sin esa televisión y ese entrenador yo no hubiera podido estar encima de un ring ni de una forma ni de la otra. Grandes boxeadores han salido, y podrían salir hoy siempre y cuando haya un apoyo, como se demostró conmigo.
P: ¿A qué dedica su vida casi una década después de tu retirada profesional?
R: Hasta hace tres meses me dedicaba a lo mismo pero de distinta forma, a lo que es la enseñanza, intentar que esas grandes promesas que podemos tener tengan una puerta para cumplir su sueño, se ha complicado bastante, voy a esperar al año que viene para intentar que esos medios de comunicación que antes apoyaban a este deporte vuelvan a hacerlo y vuelvan a tener a un nuevo campeón.
P: ¿Por qué cree que el boxeo no recibe por parte de los medios la atención que probablemente merezca?
R: Podríamos debatir mucho sobre ello. España es el único país en que se dice que hay deportes mayoritarios y minoritarios, tenemos deportes muy apoyados, otros que no les apoyan nada y luego está el boxeo. La imagen que se da los boxeadores es negativa, se debería conocer más a los boxeadores y no darles esa etiqueta. Somos personas de a pie, nos gusta lo que le gusta a todo el mundo y no vivimos con esa agresividad o violencia que se nos otorga. El otro día, por ejemplo, estaba con una chica que me dijo que no le gustaba el boxeo, y antes de que terminara diciendo que son dos personas que se pegan le recordé la de veces que he tenido que correr por el ring para que no me pegara. Me fastidia esa mala imagen, porque no solo es subir al ring, antes tenemos una constancia, una dedicación y un sacrifico bastante grande, lo primero quedarte sin comer teniendo comida, eso es lo más complicado.
P: ¿Qué sentía contribuyendo a que el nombre de su ciudad, también de España, se conociera alrededor del mundo?
R: Yo he sido muy de la tierra, me sentía muy orgulloso de poder representar a mi país en primer lugar. Eso te hace sentirte grande y valorado, aunque en España no se valoran a los deportistas como se les tendrían que valorar. Antaño se ha valorado a los países por sus grandes deportistas, porque es lo que les mueve, no las guerras, sino el deporte.
P: Tiene tres hijos, ¿alguno de ellos ha mostrado especial interés por este mundillo?
R: La verdad es que ninguno de los tres, en un principio un poco el mayor pero no. Conmigo ha habido una época buena y una mala, esa época mala me ha hecho mucho daño, no me refiero al desmadre de la calle, sino a temas más psicológicos. Quizá por esto nunca he hecho grandes esfuerzos porque se metieran. Por otro parte siempre me hubiera gustado que hubieran hecho sus pinitos.
P: ¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha dado tu trayectoria?
R: Lo mejor ha sido una gran satisfacción interna, saber valorar más las cosas, conocer muy buena gente, también he conocido mundo, que eso es importante. Y como malo me quedo con la forma de perder el título, con todas las victorias que tenía perder el título así fue muy duro.
La entrada “Gracias al boxeo ni estoy muerto, ni en la cárcel ni soy un yonki” aparece primero en cuv3. El digital de la FCOM de Villanueva C.U..